Al terminar la función del estreno, todos los presentes fueron invitados a un tapeo y participaron en un coloquio con los protagonistas, la directora y el autor.
A pesar de formar parte de un libro de relatos, UN CAFÉ BIEN CARGADO nació ya como obra teatral. Dos terroristas se reencuentran después de cinco años y dirimen una cuenta que tienen pendiente. El drama surgió de la pregunta que muchos nos hacemos: ¿puede un terrorista dejar de serlo, puede separarse de su grupo y retomar su vida, teniendo en cuenta que los grupos terroristas funcionan como sectas? Es una indagación sobre el fanatismo y sobre lo que los terroristas, a pesar de ser monstruos, tienen de humanos. Porque no olvidemos que el fanatismo no es un fenómeno exclusivo de los terroristas y que, aunque a veces lo olvidamos, "nada de lo humano nos es ajeno".
El montaje forma parte del I Ciclo dedicado a dramaturgos de Albacete (ver cartel aquí debajo).
Me gustaría un montón que nos viéramos allí.
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