El miércoles 9 de septiembre, en el stand de la Diputación de la Feria de Albacete, se presentó el último libro de Vicente Benlloch y de su equipo, formado esta vez por el ingeniero Alejandro Martín y la fotógrafa Consuelo López. Ha sido un placer y un honor colaborar en el proyecto con ellos y con José Fajardo. Árboles singulares de la provincia de Albacete (IEA, 2015) es un inventario exahustivo de los ejemplares arbóreos que más destacan en el territorio provincial por su altura, el perímetro de su tronco, el diámetro de su copa, por tener rasgos que lo distinguen del resto de su propia especie o simplemente por su belleza.
Como es habitual en Benlloch, el estudio es pormenorizado y minucioso. Atribuye a cada ejemplar el nombre científico, el nombre común, sus medidas, sus singularidades y adjunta un plano del lugar donde se encuentra y las dificultades para acceder al mismo. En total 160, más una propina de otros treinta, más una clasificación de los más monumentales, más las características generales de las diferentes especies, más un glosario de términos, más varios índices y la bibliografía. Ellos sabrán cuántos kilómetros y cuántas caminatas han sumado para culminar el trabajo. Y aún le queda al perfeccionista de Vicente la insatisfacción de que aún se ha podido escapar alguno.
El Instituto de Estudios Albacetenses lo está vendiendo a precio de coste, porque su objetivo es difundir el saber y el patrimonio de la provincia. Que Vicente Benlloch siga contando conmigo para lo que él llama revisión literaria me da la oportunidad de ser el primer lector y de sentirme partícipe de proyectos tan apasionantes como este o como ese maravilloso álbum de 100 animales de la provincia de Albacete, avistados por Manolo López Carrizós y dibujados por Jesús Alarcón; proyectos que empiezan a acercarse a la decena y que abordan siempre las joyas olvidadas que nos rodean si hacer ruido, o haciendo el ruido justo: los animales, las plantas, la naturaleza.
Como es habitual en Benlloch, el estudio es pormenorizado y minucioso. Atribuye a cada ejemplar el nombre científico, el nombre común, sus medidas, sus singularidades y adjunta un plano del lugar donde se encuentra y las dificultades para acceder al mismo. En total 160, más una propina de otros treinta, más una clasificación de los más monumentales, más las características generales de las diferentes especies, más un glosario de términos, más varios índices y la bibliografía. Ellos sabrán cuántos kilómetros y cuántas caminatas han sumado para culminar el trabajo. Y aún le queda al perfeccionista de Vicente la insatisfacción de que aún se ha podido escapar alguno.
El Instituto de Estudios Albacetenses lo está vendiendo a precio de coste, porque su objetivo es difundir el saber y el patrimonio de la provincia. Que Vicente Benlloch siga contando conmigo para lo que él llama revisión literaria me da la oportunidad de ser el primer lector y de sentirme partícipe de proyectos tan apasionantes como este o como ese maravilloso álbum de 100 animales de la provincia de Albacete, avistados por Manolo López Carrizós y dibujados por Jesús Alarcón; proyectos que empiezan a acercarse a la decena y que abordan siempre las joyas olvidadas que nos rodean si hacer ruido, o haciendo el ruido justo: los animales, las plantas, la naturaleza.



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