Para corresponder al cariño que he recibido de la embajada de Albacete en Madrid, hago una lectura panorámica que recoge una muestra, necesariamente pequeña, de cada uno de mis poemarios, desde Una senda de aldeas cotidianas (Diputación de Albacete, 1991) hasta el inédito La voz en el vacío. Por supuesto dedicaré una mirada a Adelántate a toda despedida (Premio Gerardo Diego, Pre-Textos, 2005), La memoria del visionario (finalista del Gil de Biedma, Visor, 2006), Cosas que apenas pasan (premio Jaén, Hiperión, 2008) y Alguien queda (Renacimiento, 2013). Pero también al menos transitado Las aves sin dueño (La siesta del lobo, 2000).
En atención a que fui y volví en tren, a que el día siguiente entraba a trabajar a las ocho de la mañana, a que las conexiones de Renfe con Albacete son muy limitadas y el último tren de regreso sale a las 21:05, los organizadores tuvieron la amabilidad de cambiar el protocolo habitual para iniciase mi lectura a las 19:30 en punto. El acto se desarrolló en el salón de actos de la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid que está en la calle de La Paz, 4, primer piso, derecha, muy cerca de la Puerta del Sol, frente al teatro Albéniz.
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