viernes, 7 de abril de 2017

Viví una pesadilla viendo la película Life


Desde que estudiaba la asignatura de cine en la universidad supe que no sirvo para analizar: me meto en la película hasta el fondo, me lo creo todo, me sumerjo. Pero nunca me había ocurrido lo que me pasó el viernes. En medio de la sala de Imaginalia, con una buena entrada de público, me puse a gritarle a uno de los personajes: Suéltalo, suéltalo, suéltalo. No era consciente, claro. Ocurrió en un momento en el que el sonido del filme se elevaba y era muy escandaloso. Me tocó en el codo Verónica y fue como despertarme de una pesadilla: ¿qué leches estoy haciendo? Es solo una película. Y Verónica, avergonzada. Y yo, cuando fui tomando conciencia, también. Y el caso es que a ella no le gustó mucho. Es verdad que no le gustan las películas de miedo y que esta es una sucesión de guiños a 2001, una odisea del espacio, a Gravity, a varias más. Pero no soy capaz de analizar. Me sumergí más adentro que nunca. Era un personaje más desde mi asiento.

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete