No digo que ponerse enfermo sea necesario, pero sí que es útil. Nos
recuerda nuestra fragilidad. Cada vez que pillo un catarro, me vuelve a
sorprender no haber alcanzado la inmunidad definitiva. Nunca recuerdo cuándo
padecí el anterior.
De hecho, veo a la gente cercana quejarse de las gripes y de los constipados sin poder evitar una cierta e involuntaria superioridad, la del que no se constipa nunca.
De hecho, veo a la gente cercana quejarse de las gripes y de los constipados sin poder evitar una cierta e involuntaria superioridad, la del que no se constipa nunca.
Bueno, pues esta creencia es falsa. Estoy con un catarro de aúpa, con congestión nasal, ronquera y aturdimiento. Uno busca causas exteriores para mantener cierta fe en su salud de hierro: que la semana pasada rompí con mi rutina para ir a esquiar a Jaca con los alumnos, que dormí muy poco, que me pegué una esportada contra un esquí en el lumbar izquierdo, que viví algún susto capaz de bajarle las defensas a cualquiera. Paparruchas… Estoy malo porque me tocaba. Hasta me acometió una temblequera anoche y, según el termómetro, algo ambiguo (supongo que por la falta de práctica en usarlo), tenía 37,4ºC, es decir, febrícula.
Todo eso le he contado esta mañana a mi médica, que me ha encontrado la garganta muy roja y la voz demasiado corta para dar clase.
Ir al médico incrementa los efectos de la fragilidad. La sala de espera está a tope de ancianos que se jactan de haber cumplido los ochenta y pico y que cuentan sus batallas en el Hospital. Enseguida entiendes que estás en la misma batalla solo unos pocos años detrás de ellos.
Y, por si fuera poco, esta mañana se ha muerto Forges de un cáncer. Forges, que no sé si será porque había inundado nuestra rutina con sus viñetas y sus certeros neologismos, que parecía mucho mayor de esos 74 años, y también un tipo inmune a los achaques, un inmortal. Además me entero de que era forofo del Athletic. Como si hiciera falta este añadido para que me cayera más simpático.
En fin que hay que reunir fuerzas y soplar bien los mocos para afrontar el
viento airado y los seis bajo cero de este día.
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