Sopa de expertos

 

Los expertos son una especie en extinción. Han dejado de ser útiles, en la medida en que la unidad de medida de la utilidad es el interés político.

Es una de las características de la decadencia del género humano, junto con el descenso de la fertilidad y el marasmo medioambiental. Durante milenios, los jefes de la tribu consultaban sus decisiones relevantes con el consejo de ancianos. Pero eso era antes. Del mismo modo que antes los famosos eran famosos por alguna virtud relacionada con sus conocimientos o sus aptitudes demostradas. Ahora la mayoría de los famosos son famosos porque son famosos, por el espaldarazo pagado de las redes sociales o porque han vendido su intimidad al diablo. Pero no saben hacer la o con un canuto. Antes se decía que los sabedores de todo y expertos en nada éramos los periodistas. Pero al menos los periodistas seguimos preguntando a los que saben. Ciertos políticos no. No voy a cometer el error tradicional de meter a todos los políticos en el mismo rasero. Hay políticos que están haciendo lo que pueden y hay políticos que solo actúan para conseguir el poder y para mantenerlo. Practican la política no para solucionar problemas, sino para promocionarse. Se les identifica porque acusan, porque se quejan siempre. Tienen contratada una corte de asesores, entre los que no hay un solo experto. Los únicos expertos a los que escuchan son los sociólogos encuestadores y los politólogos. Mandan a sus tertulianos, que son expertos en parecer expertos, a la guerra dialéctica de despotricar por las radios y las televisiones. Si a los verdaderos expertos se les ocurre hacer una propuesta que choque con sus intereses, los acusan de ir con el enemigo y aumentan el griterío para silenciarlos, porque los expertos nunca levantan la voz, o dejarían de ser expertos. Se trata de que la chusma pierda de vista el verdadero problema, que los hospitales están otra vez saturados, que los médicos vuelven a estar atrapados, que los enfermos de otros males se quedan sin tratar. Cosas que podrían haberse evitado escuchando a los expertos.