domingo, 2 de octubre de 2022

Alcarràs


Fuimos a ver Alcarràs, la película española que lo está petando. Es una de esas películas en las que te quedarías a vivir. Estamos acostumbrados a que en el cine nos pasen cosas sin resuello: nos asustemos, corramos, nos persigan vertiginosamente en coche o en moto, los personajes no tengan sosiego ni para ir al retrete y acabes con el pulso acelerado. En Alcarràs a los personajes no les vemos ir al retrete, pero te dejan vivir entre ellos una temporada y terminas asumiendo su ambiente como si formases parte de la familia. Sus problemas también, claro. De hecho, hubo un momento de la película en que me sentí tan metido en el huerto que me sorprendió que no me llegara el olor húmedo y vegetal de los melocotoneros, y eso que la Filmoteca estaba llena hasta los topes. Pero los silencios pueden ser muy elocuentes y aquel silencio denso de los espectadores formaba parte también de la película. En Alcarràs el protagonista es el entorno más que los mismos personajes, que sin embargo participan de una manera muy especial, mirando lo que pasa. La cámara se entretiene en estudiar en primer plano sus reacciones, que en realidad son muy pocas, porque están quietos observando. Nos importa más lo que sienten que la acción que se desarrolla ante sus ojos, de la que nos llega el sonido, eso sí, suficiente para que comprendamos. Simón usa el sonido como Víctor Erice en la secuencia de El sur en la que la protagonista se despierta y sabemos que ha ocurrido algo por las voces que llegan, pero la cámara está entretenida en su moroso despertar y en su desperezarse, como si eso fuera lo más importante del mundo y el resto pudiera esperar. Nos importa más su estado emocional que saber qué ha pasado. Porque lo que ha pasado son hechos, pero lo que está pasando dentro de la persona es lo que le importa al director (aquí a la directora Carla Simón) y consigue que nos importe a nosotros. Hay quien se quejó al salir de que se le había hecho larga la película. Yo agradezco que me hagan los minutos más largos cuando estoy a gusto en un sitio. De alguna manera me están alargando la vida.

 


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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete