Weise y el retablo

 

El belén de Chinchilla 2022 reproduce la plaza de la Mancha con tanta precisión que casi puedo verme a mí mismo en miniatura cruzándola para ir a por el pan.

Es una de sus novedades. La otra pasa más desapercibida: es la foto del cartel. Muestra una adoración de los Reyes Magos entre gótica y renacentista. Resulta familiar, pero no sabes por qué, hasta que te cuentan que pertenece al retablo de la iglesia chinchillana de Santa María del Salvador. Pertenecía. Unos desesperados le prendieron fuego en 1936. Cuentan las crónicas que estuvo ardiendo varios días en la calle como si fuera leña y que la hoguera podía divisarse desde Albacete. Del artista que lo talló solo sabemos que lo llamaban Maestro Antonio. Solo eso. Cuando estuve de alcalde conseguimos consagrar una calle a su memoria, como homenaje a todo lo valioso destruido por la ignorancia. ¿De dónde viene entonces la foto del cartel de los belenistas? Sorprende la cantidad de fotógrafos que recogieron aquel retablo de la iglesia de Chinchilla. Joaquín Gabriel, que colecciona todo lo que tiene que ver con su pueblo, me cuenta lo que sabe. Me habla de cinco. Primero los albaceteños de la época: Julián Collado González (1887-1942) y el villargordense Luis Escobar (1887-1963). Y luego, gente de paso, como el barcelonés Luis Lladó (1874-1946) y el portugués Antonio Passaporte (1901-1983), cuyas instantáneas quizá sean las más conocidas porque las comercializó la agencia Loty. Pero los citados recogieron solo fotos de conjunto. Solo el alemán Georg Weise (18878-1988) fotografió detalles en 18 magníficas instantáneas que se han conservado hasta hoy por la proverbial meticulosidad germana. Weise no era fotógrafo, sino historiador del arte. Por eso se fijó tanto en lo pequeño sin saber que catorce años después el fuego de la ignorancia terminaría arrasando la obra. La foto de la adoración, recortada para que encaje en el cartel, y coloreada por un colaborador de los belenistas, está cumpliendo cien años. No necesita más celebración que el agradecimiento al autor, que hago extensivo a mi informador, Joaquín Gabriel.