Taquillas de cine

 

La película más taquillera de 2023 fue Barbie, según leo en la revista Fotogramas. 

Las tres primeras en el mundo fueron también las tres más vistas en las salas de España. Y por el mismo orden. La segunda Super Mario Bros: la película, y la tercera Oppenheimer. La primera producción española incluida asoma (en nuestro país, no en el mundo) en el puesto sexto, Campeonex. Y la siguiente, Ocho apellidos marroquís, está decimotercera. Me asomo con cierto estupor a esta realidad incontestable, la que se mide contando el dinero que recaudaron en taquilla. El estupor es mi reacción inmediata. Enseguida razono que, claro, son películas sobre personajes con los que ha jugado medio mundo. De hecho, hay otra adaptación de un videojuego en el número quince (Five Nights at Freddy's). Y las otras son secuelas de éxitos de taquilla anteriores, incluidas las dos españolas. Es más difícil encontrar explicación a que Oppenheimer sea medalla de bronce en España y en el mundo. Habla solo de un científico de verdad, un tipo gris y encima antipatiquillo. Por cierto que en un momento de vértigo pensó que se le iba la mano y se cargaba el mundo. Luego solo se cargó a cientos de miles de personas en Hiroshima y Nagasaki. Un malo de película, según quién la cuente. Ni Indiana Jones ni el Tom Cruise de Misión imposible ni Spiderman hubieran luchado contra él porque era como ellos un yanki envuelto en la bandera de las barras y estrellas. Pero es una película digna Oppenheimer, una superproducción como Los crímenes de la luna y Napoleón, que a mí me gustaron por lo menos igual. Y también vi Barbie, aunque tengo que alegar en mi descargo que me llevaron obligado en una especie de contubernio familiar. Esa no me gustó nada. En cambio me parece un encanto Los que se quedan, de Alexander Payne, una película pequeña solo en apariencia. Y menos mal que tenemos la Filmoteca para ver el cine español que merece la pena. La valoramos poco como todo lo que tenemos a mano y no se expresa a gritos. Si no fuera por ella, terminaríamos creyendo que solo se hace cine bueno en EEUU y que las películas buenas son las que ven las muchedumbres.