Hitos y fotos

 

Un aspecto de la muestra "Un año de imágenes, 2023"

Ando buscando dónde agarrarme para que el tiempo no se escape sin sentir.

Y solo se me ocurre agarrarme a las fiestas, que en España tienen, casi todas, acento religioso. Al ser ateo y no asistir a los rituales, el hito me hace menos efecto. Es como viajar en tren y no bajarse a estirar las piernas en las estaciones. Luego te resulta más difícil recordar el recorrido. La Navidad empieza tan pronto en los establecimientos comerciales y en la iluminación de las calles que cada vez ayuda menos como referencia. La luz artificial de las guirnaldas y de esos túneles parpadeantes que ahora parecen imprescindibles se han convertido en el centro de una Navidad sin magia. Es curioso que pueda reinar tanto resplandor sin verdadera luz. A mí tantos relumbres me sacan hasta de mí mismo, me ausentan, como por efecto de una epilepsia benigna. En la infancia ensayar los villancicos era como ir echando leña a la caldera de la celebración. Ahora todos los villancicos me suenan con la voz de un coro de críos desafinados o con percusiones caribeñas. Por supuesto, la nieve, que contribuiría mucho a crear ambiente, ya no viene ni se la espera en esas fechas. Ni siquiera viene el frío de verdad, el que formaba carámbanos en las canaleras. En cambio, se ha instalado el otro frío, el frío ambiental, el cuñadeo, como si la polarización consistiera en inyectar aire de los polos. Menos mal que los quioscos de los artesanos arropan lo suyo, hay alguna que otra castañera y ciertos belenes son más arte que religión. A mí además me gusta visitar la muestra “Un año en fotos” que reúne en el Museo Municipal una selección de las recogidas en este diario. Me gusta porque ahí están todos los hitos juntos, doscientos, los vividos y los olvidados, como el chaparrón de todas las ferias de septiembre y alguna nevada que no dejó huella en la memoria. También eventos deportivos, lances taurinos y sonrisas de políticos, si bien estos son intercambiables con los de años anteriores y posteriores. El ritual para mí es visitar la exposición: me ayuda a saber en qué estación vivo.