domingo, 14 de abril de 2024

Las manacas de Santi Flores

 

Son como un virus benigno. Están por todos lados.

El año pasado nos saludaron unos meses en la plaza albaceteña del Altozano. Ahora unos ejemplares acaban de asentarse definitivamente junto a la Posada del Rosario. Me refiero a esas esculturas plateadas de Santi Flores que saludan con un brazo largo acabado en una manopla abierta. Lo de “manacas” se lo puso un amigo y poco a poco el propio escultor ha terminado refiriéndose a ellas con ese nombre. Desde el 16 de febrero y durante dos meses están también repartidas en cinco puntos distintos del Barrio de las Letras de Madrid. Me entretengo buscándolas y retratándolas durante un paseo que es como jugar a “Dónde está Wally” en las mismas calles por donde Lope y Cervantes pasearon evitando saludarse . Entretiene comprobar cómo reaccionan las esculturas, en tríos o parejas, en medio del terrible ajetreo de la cosmópolis, entre tanto ruido, color y movimiento incesante. Al final es Madrid la que reacciona contra estos virus saludadores tratando de absorberlos, de tragárselos. Parecen inofensivos, pero son de acero inoxidable. Trasladarlos para plantarlos en las calles resulta una odisea. No obstante Santi dice que le gusta calcular la logística, el modo de llevarlos y traerlos en cuatro furgonetas con la ayuda de seis operarios. Lo único que le fastidia es que para concentrarse en esos menesteres tiene que reducir a un 20% el tiempo de seguir creando. Hasta eso lo tiene calculado. Explica que para crear primero le viene la idea y luego busca el modo de plasmarla. Que el grafismo figurativo ya lo tiene, que el quid está en la piel que quiere darle. Pidió la excedencia como funcionario de la Administración General del Estado porque estaba harto de ser artista de media jornada. El gran espaldarazo le llegó cuando expuso esas manacas en Nueva York en 2022, a la vuelta del COVID. “Eso abre puertas”, me asegura delante de otra escultura que tiene montada en su estudio provisional de la calle San Agustín, en el centro del barrio madrileño. Dice que exponer en la calle es muy viral. Exacto, es un virus. Aunque sea benigno.

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete