domingo, 12 de octubre de 2025

Cesto de moras

 

Tengo mi pasado entre las manos como un cesto de moras y no sé qué pensar de ella.

Eso le leí hace muchos años al poeta Gimferrer. Hay versos que anidan en tu cabeza y, como los pájaros, vuelven cuando quieren. Cuando quieren ellos, no cuando quieres tú. El mes que se nos acaba ha sido el de las moras. Un año estuve recolectándolas en las zarzas del Júcar, con Juanjo y Manoli, que nos guiaron en esa tarea entretenida y pinchuda. Llenamos varios cestos y luego preparamos con ellos una mermelada de la que aún estoy relamiéndome. Y eso que han transcurrido varias décadas. Desde entonces, cuando salgo a caminar en septiembre, me topo con las moras como si estuvieran esperándome. Así que las pellizco y las pruebo con la precaución del que toma un fruto prohibido y también con el deleite del que comulga en secreto con el campesino que nunca fue. Aquellas moras de Gimferrer y las que recogimos en las zarzas del Júcar convergen ahora en un libro que acabo de publicar y que reúne una selección de mis poemas, es decir, de mi pasado. La poesía es biográfica o no es. La vida suele salir toqueteada en los versos, pero el que la escribió la reconoce. De hecho, lo que hace la poesía es capturar momentos intensos y guardarlos, o capturar momentos inadvertidos y salvarlos, para volver a vivirlos al leer. La escritura otorga un brillo poderoso a la vida. Así, una vida cabe en un puñado de poemas, como la vida de los árboles cabe en los anillos de su tronco. He llamado a este libro Cesto de moras, porque no podía llamarlo de otra manera. Tiene pinta de reunir la parte más copiosa de mi vida. Sale en una editorial que adoro: la colección rayada de la sevillana Renacimiento. Eso también es un premio. Y han tenido el detalle de que las rayas sean moradas como las moras. Casi impregna al manejarlo. Como todos los poemarios, lleva una sola firma, la mía. Y sin embargo, hubiera sido imposible sin el coro que vive y canta a mi lado: sin mi mujer y mis hijos, sin mis amigos poetas, sin Abelardo el editor, sin Librería Popular… Me he puesto morado de comer moras y resulta que eran poemas.

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete