La excursión empezó mal porque se lesionó Joaquín Maldonado el primer día. Luego vino Llanos Navarro a sustituirlo y hemos pasado unos días de ejercicio y convivencia muy tonificantes y sin duda útiles. La enseñanza fuera del aula es más efectiva que en el día día, donde la rutina termina adormeciendo los resultados. Sin embargo, nuestros mandamases (el sistema educativo español) no lo ve así. De los seis días que estuvimos, cuatro eran festivos. Los profesores los pasamos trabajando, como es lógico, las veinticuatro horas. Por supuesto no se nos da un plus económico por asumir esta responsabilidad que nadie nos ha pedido ni nos podría exigir, tampoco se nos compensan luego los días trabajados, sino que además tenemos que dejar preparadas las clases de los dos días lectivos que no estamos en nuestros puestos. Y, por si fuera poco, tenemos que aceptar que haya gente que piense y que llegue a decir que venimos de vacaciones. Deberían apuntarse con nosotros y vernos currar y compartir la faena antes de hablar de lo que ignoran. Pero, en fin, volvemos con la sensación del deber cumplido. El trato con los chavales compensa sin duda.
Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete
viernes, 3 de marzo de 2017
Llevamos a esquiar, a Boí Taüll, en Lleida, a treinta y ocho alumnos
La excursión empezó mal porque se lesionó Joaquín Maldonado el primer día. Luego vino Llanos Navarro a sustituirlo y hemos pasado unos días de ejercicio y convivencia muy tonificantes y sin duda útiles. La enseñanza fuera del aula es más efectiva que en el día día, donde la rutina termina adormeciendo los resultados. Sin embargo, nuestros mandamases (el sistema educativo español) no lo ve así. De los seis días que estuvimos, cuatro eran festivos. Los profesores los pasamos trabajando, como es lógico, las veinticuatro horas. Por supuesto no se nos da un plus económico por asumir esta responsabilidad que nadie nos ha pedido ni nos podría exigir, tampoco se nos compensan luego los días trabajados, sino que además tenemos que dejar preparadas las clases de los dos días lectivos que no estamos en nuestros puestos. Y, por si fuera poco, tenemos que aceptar que haya gente que piense y que llegue a decir que venimos de vacaciones. Deberían apuntarse con nosotros y vernos currar y compartir la faena antes de hablar de lo que ignoran. Pero, en fin, volvemos con la sensación del deber cumplido. El trato con los chavales compensa sin duda.
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