jueves, 29 de marzo de 2018

Hemos vuelto a enseñar como antes de Simón Abril


Hace unas semanas hemos participado en un encuentro sobre lingüística en la Facultad de Magisterio de la Universidad de Castilla La Mancha en Albacete.

El encuentro se llamaba Cratilo en homenaje a Pedro Simón Abril, que tradujo este libro de Platón entre otros varios. Pedro Simón Abril fue un humanista nacido en Alcaraz, provincia de Albacete, en 1530.
Alcaraz, es una población albaceteña de mediano tamaño, que vivió entonces una edad de oro en la que despegaron el arquitecto Andrés de Vandelvira, autor entre otras obras de la catedral de Jaén, o la familia Sabuco (en la ilustración Oliva Sabuco) que escribió (presuntamente el padre, aunque hay quien dice que la hija) la Nueva filosofía de la naturaleza del hombre, en la que se explica que los estados de ánimo repercuten en la salud del cuerpo, es decir donde se utiliza por primera vez la idea de que somatizamos.
Estamos hablando del siglo XVI.
Pues bien, todo este florecimiento del saber no parece ajeno a la figura de Pedro Simón Abril, que desarrolló y demostró la teoría de que para que nuestros jóvenes aprendan bien las matemáticas, las letras y las artes, hay que enseñarles en la lengua que dominan, no en latín, como era el caso de aquella época.
Curiosamente, cinco siglos después, se ha vuelto a enseñar como antes de Simón Abril. Ahora la lengua vehicular suele ser el inglés, idioma del imperio, con la que se pretende que nuestros alumnos aprendan las matemáticas, las artes, las ciencias, la Educación Física y hasta la historia de España. Un aspecto más en el que hemos regresado al medievo.
Por escuchar a los que no saben.

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete