Unos labriegos velan en torno a una fogata. Fascinados miran el baile de las llamas mientras cuentan historias.
Cuanto más exageran, más mantienen a raya los aullidos del bosque y el rugir de las tripas. El de las barbas blancas de patriarca se da un aire a José Luis Cuerda, el cineasta. A lo mejor porque es su bisabuelo. Antes de retirarse, se aparta hacia la noche a echar una meada. Sobre su altura tiemblan miríadas de luceros. No se cree que en el cielo esté la gloria, como le insiste el párroco. Todo está aquí, en especial los ricos, movidos por terrenas mezquindades. Son como esa mujer que cruzaba la calle a su marido ciego instándole a que fuera dando brincos para esquivar supuestos charcos, y le hacía luego mojar el pan en el plato vacío, asegurándole que estaba rebañando un huevo frito. Han perdido el sabor, le decía. El bisabuelo no se ríe. Recuerda las historias igual que las relata luego, con cierto hieratismo como de escriba egipcio. No son cosa de risa. Son verdad, ocurrieron. Y para no reírse, se contiene el humor y casi se cabrea al relatarlas. Acaba de orinar y mira al frente. En el encinar se agitan, como sombras chinescas, las proyecciones de la hoguera. Sabe que en esa oscuridad callada hay seres que compiten por vivir. Tal vez alguno esté escrutándolo. Tal vez lo esté mirando un hombre huido, un topo, cualquiera al que una guerra haya pillado en el bando vencido con tiempo apenas para echarse al monte o al fondo de un armario. Al maestro que hablaba de la lengua de las mariposas no le dio tiempo a huir de su destino. Cuántas historias vienen a buscar al bisabuelo desde la oscura fronda. También asoma un tipo, clavado a Alfredo Landa, que dice que se llama Fendetestas y es bandido. Antes fue labrador, pero ya estaba harto de penar en el campo. El bisabuelo regresa hacia la hoguera. Empieza a helar y prefiere el sagato. En casi nada cree y, sin embargo, su bisnieto heredará su propensión genética a los cuentos, será un mesías, se fundará una orden en su honor, por el poder que otorgan las historias, irán en romería a donde les indique.
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