El encierro se alarga. Las noticias se contradicen. La pregunta
sigue siendo: ¿cuándo acabará esto? Y como no lo sabemos, sentimos una
mezcla de miedo y de cabreo.
Tiempo de solidaridad. Tiempo también propicio
para los envenenadores, los francotiradores de la crispación. Los hechos
ocurren fuera de nuestro alcance y no podemos comprobarlos. Las opiniones en
cambio viajan a la velocidad del rayo. Cualquier barbaridad, con una
pinta remota de haber sucedido, cuela. Porque al final, la gente asustada, y
sobre todo la gente cabreada, termina creyéndose lo que quiere creerse. Da
igual quién se lo cuente y cómo. El caso es hacérselo llegar. Imágenes del
gobierno acaparando material sanitario para vendérselo a otro país. Pues cuela. Estamos en manos de
un régimen comunista. También cuela. El gobierno antepone la ideología a la
recuperación. Por supuesto. Lo ha publicado la prensa en estos días.
Determinada prensa, claro. Puedes creerla o pararte a pensar, que es acercarse
a los hechos con sentido común. Pero hay que pararse y usar el sentido común.
Ahora mismo un gobierno tiene dos opciones: la que están siguiendo el italiano
o el nuestro (que la gente esté en su casa para detener la pandemia), y la que
sigue Trump en Estados Unidos (que la pandemia siga porque la economía es más
importante). Aquí la economía se resiente, pero el virus empieza a estar bajo
control, y donde hay vida hay esperanza. Allí el virus arrasa y el paro también
y no hay quien los controle. En nuestro encierro podemos hacer dos cosas: pensar
y armarnos de paciencia, o bien acumular crispación y desahogarnos. Quizá ayude
recordar quiénes sangraron no hace tanto hospitales públicos, redujeron el
número de camas y el personal sanitario con la excusa de que había que hacer
recortes. Recortes que ha mantenido Page, y le han venido bien al virus.
Lo hicieron los que ahora critican. ¿Qué persiguen cabreando a la gente? ¿Salvarnos?
El que pueda pensar, que piense. En EEUU también lo hacen. En vez de arramblar con
el papel higiénico, vacían las armerías. Van a matar a tiros al virus.
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