domingo, 28 de junio de 2020

La realidad y los relatos


«La realidad no existe, solo los relatos». Se oigo decir al director de una central nuclear, en la serie alemana Dark.
Los alemanes saben de lo que hablan: una nación entera montó un holocausto a partir de un relato. En España, nos repiten que hemos vivido una transición modélica. Ese es el relato. Sin embargo, la realidad es tozuda, se filtra por los tejidos de la alfombra donde intentan esconderla. Vuelve Adolfo Suárez a contarle a Victoria Prego que tuvieron que meter al rey en la Constitución porque no habría ganado un referéndum. El descendiente de Fernando VII posó con el elefante que acababa de cazar mientras los españoles sufríamos el austericidio. Aunque los partidos que se autodenominan constitucionalistas bloquean las investigaciones para salvaguardar el relato oficial, jueces extranjeros nos explican que el rey borbón aterrizó en Suiza con un maletín lleno de millones para repartirlos con su amante. La alfombra sigue supurando. Hasta la justicia, tan maniatada por estos mismos partidos, empieza a señalar que ese señor canoso, que actúa como un gurú y pontifica desde las puertas giratorias, era el jefe, la X de una banda de asesinos llamada GAL. Hace tiempo que se probó que Eme Punto Rajoy pagaba las obras en la sede de su partido y gratificaba el silencio de sus colaboradores con dinero negro. Y que los crímenes de Atocha los cometieron terroristas musulmanes, alimentados por el odio de una guerra en la que España entró a buscar unas armas nucleares que nunca existieron. Y como es público y parlamentario, sabemos que Casado se ha ido a Europa a conseguir que España pague más, que los españolitos, todos, paguemos más, mientras en el Congreso español se envuelve con la bandera rojigualda y babea patriotismo. Este es el relato oculto de una España en la que millones de ciudadanos ya no se sienten responsables de sus actos porque todo lo malo que les ocurra será culpa del Coleta, el mayor antihéroe de la España reciente. Los bulos son el chocolate del loro de la gran mentira. A veces siento la tentación de creérmela, pero no tengo tanta imaginación.

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete