El medievalista Aurelio Pretel dejó transcrito un dato en uno de sus libros, un dato perdido en la maraña de datos.
En documentos del siglo XVI que había estado leyendo sobre la iglesia de la Trinidad de Alcaraz, se registraba un pago a Juan de Borgoña. No era un cualquiera. Borgoña fue el introductor del Quattrocento italiano en Castilla, un pintor renacentista muy importante. Los libros de Pretel son apretados, hay mucha información. Pocos los leen con tan meticulosa avidez como el historiador del arte Luis Guillermo García-Saúco, que tomó nota. Uno y otro se acercaron a la iglesia alcaraceña, se dieron varias vueltas por allí, pero no había ni rastro de las pinturas pagadas a Borgoña. Lo más normal es que hubieran desaparecido, como tantas otras cosas. Casi una década después, el cura de la Trinidad pidió presupuesto para restaurar el retablo principal que, sin ser muy valioso, estaba bastante deteriorado. En un golpe de intuición, Saúco pidió a los restauradores que, ya que montaban el andamio, hicieran unas catas diminutas en la parte más alta, unos cuadrados de un centímetro, invisibles desde abajo. Fueron suficientes. Se atisbaban un pan de oro y un dedo muy bien trazado. Como los costes excedían las posibilidades de la parroquia, se frustró la ocasión. Pasaron casi otros diez años y entonces los aniversarios favorecían intentarlo de nuevo. Esta vez iba en serio. Saúco les confió a los nuevos restauradores que había un posible Juan de Borgoña debajo de las pinturas que iban a adecentar, mucho más valioso que éstas. Así fue como, desde un dato diminuto, perdido en una maraña de datos, se llegó a uno de los grandes descubrimientos del arte albaceteño de los últimos tiempos. Nada menos que ocho tablas salidas del taller toledano de Juan de Borgoña. Ya están restauradas, exhibidas y devueltas a su lugar originario en la iglesia de la Trinidad. Si se han perdido estas partes del proceso, no se pierdan el ciclo de conferencias sobre el pintor y el hallazgo que los amigos del Museo de Albacete están organizando los martes a las ocho de la tarde.
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