Manolo López Sánchez

 

Manolo López Sánchez recogió su mención especial, junto con otros 18 homenajeados.

Se les atribuye el mérito de haber contribuido al desarrollo sostenible de Castilla-La Mancha. La mayoría de los que subieron al estrado del Teatro Circo en una gala contradictoriamente pomposa eran empresas, asociaciones o instituciones. También se homenajeaba al naturalista tobarreño Antonio Manzanares Palarea, fallecido en agosto de 2022. Palarea era una referencia mundial de la fotografía de naturaleza: trabajó con Félix Rodríguez de la Fuente y en la Ruta Quetzal con Miguel de la Cuadra-Salcedo. Manolo López, en cambio, es un agente medioambiental jubilado de La Roda que ha hecho de la humildad su divisa. Le gusta contar que era un pésimo estudiante y que sus padres estaban seriamente preocupados por su futuro, hasta que ingresó en la Escuela de Capacitación Forestal de Cazorla. Como vivía en La Roda y las comunicaciones eran aún peores que ahora, ir y venir de la Escuela era una aventura. Por si acaso, el primer año se adelantó en un día al comienzo de curso. Esa primera noche salió a pasear con un compañero por aquellos andurriales serranos. Se les fueron adelgazando los caminos a medida que se alejaban de las luces artificiales. De pronto levantó la cabeza, contempló en todo su esplendor la Vía Láctea, la noche deslumbrante de la naturaleza, y comprendió sin esfuerzo que aquel era su mundo. Dio un giro tan radical que completó los estudios en cabeza de su promoción. Después tuvo la suerte de que lo destinaran al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, donde convivió con investigadores de todas las especialidades y aprendió de todos sin darse cuenta, solo abriendo bien los ojos y los oídos. Ahora que se ha jubilado, Manolo empieza a comprender cuánto sabe, aunque no termina de creérselo. Sigue anillando aves y volcando sus conocimientos en algún que otro libro, sigue acudiendo a divulgar cuando lo llaman allí donde lo llamen. Lo chocante es que tanto compañeros como facultades universitarias han respaldado que era merecedor del homenaje. Una curiosa unanimidad para alguien que venía de La Roda, que de pequeño era muy mal estudiante, que fue agente medioambiental, que lleva la humildad por montera y que se llama Manolo.