domingo, 10 de septiembre de 2023

Litterae

 

Con Silvia Reig directora de la editorial portuguesa Levoir

El libro goza de una salud de hierro.

Con esa convicción vuelvo cada año de Litterae, las jornadas que organiza en Ciudad Real mi amiga Ascen Almodóvar. Me maravilla ver cuántas personas y oficios orbitan alrededor de este objeto inagotable y la intensidad con que intercambian información y amistad. Y me maravilla que lo hagan en una ciudad pequeña y quijotesca. Este año hemos analizado cómo facilitar que los libros españoles crucen las fronteras y no se ahoguen como los peces cuando los sacan del agua. Hay que multiplicar los traductores y darles el pan comido. El Ministerio solo ayuda a editoriales extranjeras que quieren publicarnos en sus lenguas, pero antes hay que tirar muchas migas a ese mar para que los lectores extranjeros nos valoren. Menos banderas y más ideas, que queda mucho tajo. También hemos visto los pasos para adaptar novelas al cine o a la televisión. La escritura y la imagen son géneros más diferentes de lo que creemos. A las plataformas y a las televisiones les interesan libros que traigan sus propias multitudes lectoras, es decir superventas o firmados por famosos. Queda apenas una rendija para autores desconocidos, para historias de género con conflictos marcados, con personajes atractivos, con diálogos chispeantes. Hay que saber escribirlas, hay que saber venderlas y además tener la suerte de que una productora les eche el ojo. Pero la última palabra la tendrán siempre las plataformas. En cambio, nos aseguran que hay un mercado creciente para los libros digitales. Que las bibliotecas los airean en sus catálogos. Que hay que publicarlos a la vez que se publican los libros en papel y colgarlos en plataformas como Libranda. También que hay que promocionarlos tanto como los convencionales. Uno no se hace rico con ellos, pero abren puertas. Lo que a mí no me dice nada todavía es la inteligencia artificial aplicada al libro. Aparte de la discusión sobre los derechos de autor por las fuentes donde bebe. Aunque, mosquea. Quién sabe si la IA está escribiendo muchos de los libros que desbordan las librerías, tan bien camuflada y tan calladita que ni nos hemos percatado.

1 comentario:

editor dijo...

A lo mejor es que hablando de literatura la inteligencia natural desborda a la artificial.
Un abrazo.

Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete