domingo, 10 de diciembre de 2023

Llenazo yeyé

«Yo quiero llenar los teatros, yo quiero llenar hasta mi entierro».

Y lo logró. Hubo llenazo en Valladolid. Por una vez acudieron el ministro de Cultura y los políticos de alrededor a despedir a una actriz española. Claro, que se trataba de una actriz a tiempo completo. Porque Concha Velasco era de la familia. No solo porque salía en televisión con la suficiente regularidad para tenerla viva en la retina, ya fuera haciendo películas y series o presentando algún que otro programa. También por las frecuentes reposiciones de sus filmes, desde la minifaldera chica yeyé a la agitadora Santa Teresa pasando por las chicas del cable. Pero además se subía al escenario siempre que podía. La penúltima vez haciendo de Juana la loca, con la que se identificaba muchísimo (según sus propias palabras) en lo del odio y la venganza, «que nos mantiene vivos a veces». La Velasco acababa una actuación, salía del camerino, y la estaban esperando en la calle una tropa de admiradores a los que trataba como si fueran familiares venidos del pueblo. Los atendía uno a uno, escuchaba sus cuitas, les daba consejos. Y ellos, impresionados por la repentina cercanía de aquella mujer legendaria, le confiaban hasta el dolor más enquistado. Una vez el taxista le reconoció que acababa de dejarlo su mujer y ella pidió a sus acompañantes que esperaran y se dio un paseo con él, que volvió sonriendo. Pero como los dioses griegos tenía también su lado oscuro. Se ofrecía a los entrevistadores como si fueran psiquiatras de guardia. Se les abría de par en par: les contaba que era rencorosa, que había tres personas que habían muerto en su corazón, que viajaba siempre con una cafinidrina en el bolso por si le sobrevenía el tercer infarto. También se ufanaba de haber sido ambiciosa, de haber trabajado con quien le dio la gana, de coleccionar directores como el que colecciona sellos, y de que si alguno le faltaba estaba dispuesta a lo que fuera para convencerlo. Era actriz de 24 horas sin saberse dónde acababa el personaje y dónde empezaba ella. Llenó hasta después de muerta. 

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete