Hace un mes decidí dejar de escribir reseñas de poesía.
Llevaba 580 seguidas, a razón de una por semana. Un amigo me hizo las cuentas. Son diez años muy largos escribiendo reseñas. Como tantas cosas que se hacen en la vida, yo las escribía porque me lo pasaba bien. Estaba al tanto de lo que iba saliendo, aprendía leyendo a los mejores y desentrañando sus trucos, me sentía valorado y a la vez era consciente de que estaba prestando un servicio a los lectores de poesía, a los que desorienta la acumulación sin criterio. De hecho, aunque las reseñas iban apareciendo en el blog El Mundanal Ruido y después, una vez al mes, reunidas en Los diablos azules de InfoLibre, lo de menos era el medio, lo principal eran los lectores. Pensando en ellos realizaba la parte más ingrata del trabajo, que era leer cuantos libros de poesía caían en mis manos y seleccionar entre ellos los que consideraba valiosos. El criterio era mi gusto personal, que ya tengo claro que es un gusto imperfecto, como todos, pero es el único que tengo. Y al menos viene avalado por la infinidad de lecturas y análisis acumulados y por mi propia experiencia como poeta. Esa selección previa suponía el mayor esfuerzo. Calculo que habré leído cinco libros por cada reseña, porque solo comentaba los libros que me gustaban. Es de tontos hablar de algo que no te gusta. Si eres sincero, te enemistas con el poeta; si no lo eres, estás engañando a los lectores a los que intentas servir. Aunque puede que se deduzca de mis reflexiones, tengo que confesar que he renunciado a escribir reseñas sobre libros que habían escrito buenos amigos, pero que no me gustaban. He antepuesto el deber a la amistad, justo al contrario de la práctica habitual. Y ya no hablo del dinero. He sabido (estas cosas trascienden) que hay reseñistas de medios celebrados que cobran del autor o de la editorial por cada reseña que escriben. Pero, en fin, no me siento un héroe. Si acaso un tipo un poco quijotesco que ha hecho lo que creía que tenía que hacer hasta que se ha cansado y a partir de ahora se enfoca en otros proyectos.
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