Un burro humano

 

Un burro que habla ha sido el personaje más celebrado del Festival de Teatro Clásico de Chinchilla 2024. 

Al menos hasta el viernes, cuando todavía quedaban tres funciones, pero se cumplía el plazo de enviar este artículo. El burro al que me refiero es del espectáculo del lunes, titulado llanamente Burro. No encontrado a nadie que asistiera a esa función y no me haya encarecido lo que le gustó. Claro, que el burro hablaba por la boca de Carlos Hipólito, uno de nuestros grandes actores, un clásico. En el escenario, encarna al burro, a la burra y al onagro primigenio, recita fábulas y va cambiando de voz para embarcarnos en historias que alcanzan desde la antigüedad clásica hasta el siglo XX, todas ellas con un burro como protagonista. Le acompañan tres músicos (percusión, flauta y guitarra), dos de los cuales actúan también. El texto es de Álvaro Tato, que ha ordenado los fragmentos y les ha añadido transiciones para hilvanarlos. Para mi gusto (solo el mío), le ha faltado justificar lagunas temporales y prescindir de personajes como Juan Ramón Jiménez y Cenobia que salen como si Platero los necesitase, siendo como es un burro instruido. Cierto que el recital de Hipólito y la mano de la directora Yayo Cáceres componen tan bien que hay que estar miope como yo para fijarse. De los demás espectáculos, me gustó mucho la versión que ha hecho Jesús Peña del calderoniano El alcalde de Zalamea para Teatro Corsario, comprimiendo el original y concentrando el conflicto. Valiente, pero irregular, la versión de David Fernández “Fabu” de La malcasada de Lope: la ha empedrado con morcillas rimadas que rompen la cuarta pared y se cuelan en nuestro tiempo. Por lo que se refiere a Las locuras por el veraneo, de Carlo Goldoni, de Noviembre Teatro, la encontré diluida y sin fuerza, a pesar de que esta compañía suele gustarme. En cuanto a La priora, nos hemos quedado compuestos y sin estreno, pero uno de los vértigos del teatro es precisamente que depende del cuerpo de los actores, que son tan humanos que a veces se enferman y los operan. Prometemos volver.