Woody Allen por David Trueba

 

Es tiempo de octogenarios en el cine.

En 2023 vi media docena de películas dirigidas por tipos que han vivido al menos 80 años. Algunos tocan con los dedos las nueve décadas, como Woody Allen. Su última película hasta la fecha, Un golpe de suerte, no es una obra maestra pero tampoco baja del notable medio en su filmografía. Los que apreciamos el cine de Woody Allen lo reconocemos en cuanto cualquiera de sus personajes abre la boca. Creo que se ha ganado el derecho a ser un género en sí mismo después de medio siglo de rodar una película al año. Ahora David Trueba le ha filmado una entrevista en su despacho de Nueva York. Una entrevista que sigue la senda de la que le hizo François Truffaut a Alfred Hitchcock en un libro que es referencia absoluta (El cine según Hitchcock, 1966). Al documental del que hablo solo se me ocurre objetarle el personaje de Trueba. Allen se encarna a sí mismo una vez más con las gafas de pasta de siempre y su gesticulación característica. Está comedido y generoso. Dice que llegó al cine por casualidad, después de escribir guiones para televisión y ser monologuista en cabarés. Que escribió guiones para películas y quedó descontento de cómo los reproducían y por eso se lanzó a dirigir. Reconoce que el montador Ralph Rosenblum salvó con retoques estratégicos la película con la que debutó, Toma el dinero y corre (1969). Allen aprendió esa lección. Fue un alumno avispado. Dice que Annie Hall (1977) sorprendió a sus seguidores porque fue la primera de sus obras donde no se limitaba a encadenar chistes. Además, el fotógrafo Gordon Willis le dio la segunda lección definitiva. En cuanto a los actores, asegura que han sido todos tan profesionales que no ha necesitado presionarlos para que bordaran sus películas, solo explicarles lo que esperaba de ellos. Casi sugiere que interpretó muchas de ellas porque él siempre estaba disponible mientras que otros actores que hubiera preferido estaban atados por sus compromisos. Ignoro si es modestia o sinceridad, pero su cine no hubiera sido el mismo sin Woody Allen, el personaje.