Cada edad tiene su Feria.
Así, en la madurez, uno va recogiendo sensaciones que vivió y que le están esperando para reavivarse. En los Jardinillos encuentro al chiquillo al que traían cada tarde a ver los títeres de Txacolí y que luego esperaba a su padre a la salida de los toros. Ahora por fin sé leer, en los ojos de mi madre, que recuperaba su niñez mirándonos. Nos compraba algodones de azúcar. Luego nos limpiaba los dedos pringosos en la fuente. Cuánto ha cambiado todo para seguir igual. Hasta veo a mi abuelo, que era el guarda, muy tieso con su garrota. Salimos al Paseo y ya hemos crecido, somos adolescentes que no saben todavía qué hacer con su libertad, pero que aspiran a usarla cuanto antes, porque hay prisa y todo incita al desenfreno: el alboroto de la música, las luces destellando, el toque de alcohol, esa especie de hipnosis colectiva que atrapa en su burbuja. Estás pisando las papeletas no premiadas de la tómbola de Caridad, te marea el vaivén de las atracciones, conduces los coches del choque y ya te crees que sabes conducir, pero solo sabes chocar. Oyes mezcladas las voces de los feriantes de todas tus ferias cantando la cantinela de cada septiembre. Caminas aplastado entre la muchedumbre y te topas con un conocido al que llevabas exactamente un año sin ver, aunque él tampoco había salido de Albacete. En la Puerta de Hierro recuerdas la Feria en que acercaste el micrófono al alcalde cuando se disponía a abrirla. O las que viviste trabajando en una emisora, el año en que el Recinto perdió para ti todo el glamur. Las mil veces que fuiste con los amigotes, con los compañeros de trabajo, con la familia, al Círculo Interior y devoraste dulces, sidra y café, aunque ya no te cabían. El selfi anual bajo el Pincho. Y caminar, siempre caminar bajo el sol aplastante, sufrir dolor de pies, oler el cuero y la orina en los ejidos, ver vasos de plástico, oír el ruido mezclado de cientos de altavoces que tratan de imponerse, vivir la desorientación emocional y sensorial de estar en fiesta por obligación, por tradición, porque eres de Albacete. Esa es mi Feria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario