domingo, 17 de noviembre de 2024

Malismo

 


Ganó el tipo que asegura que, si cometiera un asesinato en la Quinta Avenida de Nueva York, aún lo votaría más gente. Eso, entre otras salvajadas. Y, visto lo visto, uno tiende a creer que es verdad. Acabo de leer un libro de Mauro Entrialgo que se titula Malismo (lo contrario de buenismo): «la ostentación del mal como propaganda». Narra el proceso en el que esta actitud ha ido imponiéndose. Arranca en 2012, cuando la diputada castellonense Andrea Fabra celebró el brutal recorte de Rajoy a las prestaciones de desempleo gritando: «Que se jodan». Desde ahí hasta nuestros días, la bola de nieve negra de la mala educación ha ido engordando e imponiéndose. Los emisores de barbaridades no solo no dimiten, sino que se convierten en gurús de la tribu desalmada. Les basta con mantener el ritmo de exabruptos para que sus prosélitos sigan entretenidos y leales. Durante su primer mandato, el del tupé pelirrojo mantuvo una provocación diaria en la red social que ahora le ha ayudado a retomar el poder. La presidenta de Madrid no para desde que descubrió que era muy gracioso tomar por sordos a los que le oyeron insultar al presidente del gobierno. Hasta un club que siempre se ha considerado señor, como el Real Madrid, se permitió dar la espantada en París, por una rabieta infantiloide. En cualquier otro momento menos malista se sonrojarían hasta los más incondicionales. Me preocupa mantener la distancia con cualquiera de esas tribus que incendian a diario el antiguo buen gusto e incluso la palidez de lo políticamente correcto. Y no obstante, a la vez que leía el libro de Entrialgo, he disfrutado de la serie El Pingüino, que cuenta cómo el enemigo irreconciliable de Batman va encaramándose al poder absoluto de la ciudad de Gotham mintiendo, traicionando y asesinando. Como en Los soprano, la única debilidad del mafioso es el anhelo de complacer a su madre. Al final del último episodio, mirando los créditos, aún estremecido por la enésima fechoría, he comprendido que he estado todo el tiempo simpatizando con el personaje. No sé si lo suficiente como para votarle.

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete