Un albaceteño de 80 años cultiva un pequeño bancal en La Gineta. Desde que se jubiló, el cuidado de esa serna lo mantiene vivo. Siempre deseó mirar el cielo con los pies en el suelo, ver crecer unas matas, lo que vaya pidiendo la estación. Va desde Albacete y regresa cada día. Los años pasan. Un día, su familia, al ver que sus reflejos han mermado, le retira el carné de conducir. Ya no puede desplazarse por sí mismo. Pero el hombre no se rinde. Trabajó en RENFE y por lo tanto tiene a mano el cuadrante de trenes. Ninguno para en el pueblo. Acude a la estación de autobuses y pregunta. Solo hay uno de ida, en un horario intempestivo. El de vuelta trae también unas horas imposibles. Pero el hombre es tenaz. ¿No hemos elegido a los políticos para que nos representen?, se dice. Va a ver a los políticos. Acude al alcalde de Albacete, que siempre está ocupado. Pide audiencia con el de La Gineta, que le explica que no está a su alcance mejorar las comunicaciones entre la capital y el pueblo. Qué más quisiera, añade. El hombre pide ser recibido por el presidente de la Diputación y luego por el delegado de la Junta y por el delegado del Gobierno en Albacete. Unos le reciben y otros no, pero todos coinciden en que el asunto escapa a su gestión. ¿Entonces, para qué están? El hombre no es que se rinda, pero la vida lo va rindiendo. Los años, esa carencia de soles y de la cotidiana ilusión, merman sus facultades. Poco a poco el deterioro se impone, su memoria va fragmentándose hasta desvincularlo de la realidad, y finalmente muere. No obstante, este hombre, que ha sido un hombre real, de carne y hueso, no se ha marchado sin darnos una lección de lucha: no hay que perder la convicción de que los cargos públicos los ocupan personas, que son personas antes que cargos públicos, lo que implica que se puede hablar con ellas y hasta mantener la esperanza de que sean permeables al sentido común. Los pueblos se despueblan porque se complica ir y venir de ellos, y una buena red pública de comunicaciones es más que un servicio, es un modo de mantener viva la provincia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario