domingo, 9 de febrero de 2025

Andrés de Vandelvira


 Hace 450 años que Andrés de Vandelvira murió en Jaén. Buena ocasión para dedicarle un congreso como el que se ha celebrado en Úbeda, ciudad que le tiene puesta estatua y que ha declarado 2025 como «Año Vandelvira». Menos he oído que se le celebre por estos lares, donde sin embargo nació, en la ciudad de Alcaraz. De hecho, al menos una calle y un instituto de la capital llevan su nombre. Lo no está claro en qué año vino al mundo, según explicaba el historiador Aurelio Pretel en estas mismas páginas. Añadía que las hipótesis se debaten contra la improbabilidad de que en plena adolescencia estuviera dirigiendo una cuadrilla de albañiles. De lo que no hay duda es de que en 1526 era el único cantero de Alcaraz. Dirigía las obras públicas, porque «un cantero en aquellos tiempos (sigue diciendo Pretel) estaba a medio camino entre lo que hoy es un arquitecto y un ingeniero de caminos». Pretel, que ha participado en el congreso abordando precisamente los orígenes y la formación de Vandelvira, se huele que don Pedro, el padre, era también del oficio y que eso le abrió al hijo las puertas del conocimiento y los contactos necesarios para desarrollarlo. Todas las vidas, miradas desde la distancia, se merecen una novela. Y la de Vandelvira, a medio milenio de nosotros, está empedrada de jugosos enigmas. Entre otras peripecias, tuvo que ausentarse de ciudades por motivos a veces inexplicados, se enfrentó a un pesquisidor de la Inquisición y se benefició del respaldo de personas influyentes. A mí lo que me sigue fascinando es su caldo de cultivo. Mientras era cantero en Alcaraz, en la misma ciudad, vieron la luz el pedagogo Pedro Simón Abril (1530) y la humanista Oliva Sabuco (1562), hija del bachiller Miguel Sabuco, que sería coetáneo del anterior. Todos ellos aportaron obras trascendentes para el conocimiento o para el arte universal. Y las proyectaron desde una ciudad que no alcanzaba los 1500 vecinos. ¿De qué formación (sin duda revolucionaria) se beneficiaron, cómo relacionaron sus saberes, qué les daban de comer en aquella Alcaraz renacentista?

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete