Encendemos la radio del coche en una emisora al azar.
Sale una locutora diciendo las noticias. Me cabreo. Por lo que dice y por cómo lo dice. Como si me hubiera oído, la locutora sube el tono. Dice que el presidente del gobierno ha impulsado una ley en beneficio propio. Tal cual. Me doy cuenta de que la que habla es (o debería ser) una periodista. Siempre locuta el radiodiario un periodista. No una tertuliana ni tampoco uno de esos opinadores que cobran por analizar, como dice piadosamente el argot. El noticiario debería ofrecernos los hechos en crudo: qué ha ocurrido, cuándo, dónde, cómo… Hechos. Respaldados por fuentes fiables, por testigos. Si sale otra voz, debe identificarla, para que sepamos qué intereses pueden moverle. Ya decidiremos nosotros si le creemos o no. Lo serio es separar la información de la opinión. Pero la locutora del informativo informa, opina y se indigna. En otros tiempos, hubiéramos añadido “presuntamente”, para no pillarnos los dedos. Hasta el “presuntamente” ha pasado a mejor vida. El presidente (más bien su gobierno) ha dictado una medida. Esos son los hechos. El por qué, o para quién, solo lo sabe el propio presidente. En todo caso, si constituyera delito, lo podría marcar un juez tras una investigación policial que lo demostrase fehacientemente. Pero a la locutora del informativo no le hacen falta constataciones. Habla indignada por el interés espurio, con el que, según ella, obra el presidente del gobierno. Compruebo el dial a ver si me he equivocado y la emisora no es la que asegura ser (la cuarta del país). Puede que se trate de un programa de ficción, como aquella emisión de La Guerra de los Mundos por Orson Welles en que la gente se creyó que la Tierra estaba siendo invadida por extraterrestres precisamente porque se lo contaban en un radiodiario. Uno tiende a creerse las noticias a pies juntillas. Lejos quedan los tiempos del “parte” que tantos españoles escuchaban durante la sórdida posguerra intentando leer entre líneas. Ahora las presuntas noticias ni se mastican. Se tragan. Yo he estado a punto de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario