domingo, 14 de septiembre de 2025

Estación ferial

La Feria de Albacete es una estación meteorológica específica, que no sucede en ningún otro lugar de la Tierra. Empieza el 7 de septiembre con una ligera llovizna, casi obligatoria.

Desde el día 1, aunque siga haciendo calor, el verano se difumina y se instala en la ciudad un nerviosismo eléctrico, un amontonamiento de partículas. Uno las respira y, con ellas, se infecta de inminencia, de expectación, de preparativos. Aunque haga décadas que no asisto a la Cabalgata, siempre, en esa tarde, oigo los caballos y los tractores, la tierra trepida bajo mis pies, y tomo conciencia de que la ciudad ha quedado dividida en dos mitades por la cicatriz del itinerario, que resultará infranqueable hasta horas después de que el alcalde haya abierto la Puerta de Hierros. Los años que cubrí el acontecimiento como periodista, aquella llave no abría nada. El alcalde fingía introducirla y la giraba para salir en las fotos, y se emocionaba mucho por ese gesto teatral sin duda más apropiado para un rito que el vulgar de abrir una simple puerta. Desconozco si este asunto se solucionó, porque hace muchos años que asisto a la apertura simplemente evocándola a salvo desde la lejanía. A partir de ese momento, el Recinto, que ya estaba lleno de feriantes y de impacientes, se abarrota de verdad, con una multitud ansiosa por ser la primera en pisar el rabo de la sartén y descubrir antes que nadie qué cosas han cambiado desde la Feria anterior. Cómo olvidar la sensación de viajar en volandas, encofrado en la muchedumbre, sin poder cambiar de dirección, sin tocar el suelo. Vuelvo a desorientarme en medio del paseo, que es una línea recta, pero que se transforma en un laberinto erigido con decibelios, juegos lumínicos y olores especiados y azucarados. La Feria es la estación en la que encuentras a esos amigos que llevabas todo el año sin ver, aunque ni ellos ni tú habéis salido de Albacete. Luego, el día 18, lo que llega no es el otoño, sino directamente el invierno. Aunque no haga frío, sobreviene un decaimiento de la luz, un apagarse todo y volver al blanco y negro, al sepia de las viejas fotografías.

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Estos artículos se han publicado los domingos en la página 2 del diario La Tribuna de Albacete